¿Cómo vemos a chicas y chicos en los medios?

Por: Marilú Wiegold
Comunicadora social

En septiembre el Perú celebra la Semana por los Derechos del Niño y Niña, ocasión propicia para reflexionar qué pasa con los medios de comunicación en su relación con la niñez y adolescencia en el país. Qué duda cabe que a través de los medios de señal abierta recibimos y procesamos información, y que, con el advenimiento del cable, el streaming, las redes sociales, los podcasts, la inteligencia artificial, las fuentes de información son cada vez más diversas, y no siempre confiables.

Es así como vamos formando nuestra opinión, creencias y comportamientos frente a determinados hechos. El relato noticioso, la opinión de personajes líderes, los realities, los programas de magazine son formas de transmisión de mensajes capaces de influir en las representaciones sociales y en la formación de los valores culturales.

Un estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones de México que analiza las representaciones sociales en los contenidos infantiles señala que la presentación de personajes femeninos y masculinos en la ficción emulan los cuerpos pequeños y delgados de las mujeres, mientras los hombres socialmente aceptados se presentan como fuertes y musculosos. Las personas con sobrepeso u otra característica que salga del ‘estándar de belleza’ son ridiculizadas y concebidas como poco atractivas. Desde la tele se estimulan patrones de belleza que poco tienen que ver con el común de chicas y chicos. El estudio profundiza en cómo la diversidad cultural es poco valorada. Las personas con determinado origen étnico-racial cumplen funciones subordinación con aquellas presentadas en un rol de superioridad, sea porque cumplen con el ideal de belleza o responden al estereotipo de individuo ganador.

ConcorTV en su estudio hecho a nivel nacional con niños y niñas entre los seis y dieciséis años de edad (2018), muestra que los personajes andinos y las personas afrodescendientes que aparecen en la televisión de señal abierta son presentados como víctimas o maltratados en un 43% y 47%, respectivamente. Por su parte el grupo Niñez y Medios, en el monitoreo que realiza sobre semanas construidas al azar, muestra que cuando se trata de informar sobre niñas, niños y adolescentes en las noticias, un 31% en medios impresos, y un 73% en la televisión, los representan en situaciones de violencia y vulneración de sus derechos.

Por su condición, niñas, niños y adolescentes que se encuentran en etapa de formación y requieren de una protección integral, enfrentan desafíos más complejos. Los medios de comunicación, el streaming y las redes sociales no suelen ofrecerles un ambiente seguro, y la mayoría de familias o escuelas no promueven una mirada crítica hacia el entorno mediático. Dos muy lamentables casos recientes. El primero, el de un canal de TV nacional en el que aparecieron niñitas desfilando en ropa interior; el segundo, el uso perverso de la inteligencia artificial por parte de unos escolares -que usando rostros de compañeras de su colegio- hicieron un montaje con cuerpos de mujeres en actitud pornográfica.

Vivimos en una sociedad que cada día incrementa su oferta mediática, en la que niños y niñas consumen no solo en familia sino en la soledad de sus habitaciones. Urge -por tanto- promover espacios donde se promueva una mirada crítica sobre el acceso y el adecuado uso de medios y canales de comunicación. Urge que niños, niñas y adolescentes conozcan y practiquen lo que se debe y no se debe hacer. Urge también que los adultos aprendamos a respetar sus derechos, su dignidad, su intimidad. Esta Semana por los Derechos del Niño y Niña es una fecha para ponerlo en práctica.

Compartir en