Por: Luciana Aliaga
Comunicadora y docente universitaria
Nuevamente un 5 de junio llega a invitarnos a reflexionar sobre la importancia de una mirada de país en materia medioambiental y esta vez, es uno ciertamente especial, pues es el primero luego de la terrible pandemia que nos tocó vivir a todos los peruanos. Analicemos juntos los desafíos y retos para un periodismo más comprometido con la conservación del medio ambiente.
Un periodismo más que efemérides, denuncias y alarmas, uno que apueste por lo global
Hablar de una mirada de país en materia del ambiente es mirar e involucrar a los actores sociales del territorio. Un actor fundamental a comprometer son los medios de comunicación por ser agentes de socialización y cultura ciudadana, que presentan experiencias, buenas prácticas y casuística en diversos temas; y es en ese sentido, los medios de comunicación no solamente difunden, informan o entretienen a las personas, sino que pueden ayudar a representar una sociedad diversa, equitativa y justa para todos. Desde este enfoque, se entiende a los medios de comunicación no como canales de difusión sino como industrias culturales y creadores de agenda pública que influyen en el comportamiento, los valores y modos de pensar de la ciudadanía.
Incorporar el eje medioambiental en los medios de comunicación implica más que viajes a las localidades, se trata de que la ciudadanía pueda comprender los procesos históricos y ambientales de la sociedad, de forma global, mirar el bosque y el árbol, que afecta de forma diferente a los territorios, así como identificar situaciones y problemáticas en sus comunidades, con conciencia y pensamiento crítico en su interacción con el medio ambiente. Hablar de medio ambiente se ha convertido, desde mucho antes de la pandemia, en hablar de política, economía, salud y cultura.
Es sabido, pues, que los temas ambientales no tienen espacio en la agenda pública actual, salvo en algunas efemérides, difícilmente podemos escuchar o ver alguna noticia medioambiental en los programas de gran audiencia y si aparecen, su cobertura habitual aborda denuncias o alertas de desastres como incendios, contaminación o inundaciones. Su lógica tiende a ser reactiva y final de suceso. Las fuentes de aquella información suelen ser algunas organizaciones interesadas en el medio ambiente y la ecología del país o expertos, funcionarios públicos, varones, que utilizan tecnicismos y gráficos, pocas veces pensados para los distintos públicos que consumen los medios de comunicación. Esto representa una gran oportunidad para los comunicadores del Estado, quienes pueden contribuir a entregar informaciones más interesantes al periodismo, recordemos que la relación es simbiótica y estratégica que implica la sensibilización, toma de conciencia y la formación.
Sobre la cobertura es importante mencionar el centralismo de la noticia y su masculinización, se conoce poco acerca de las problemáticas regionales, desde los medios tradicionales; sobre este punto, la ciudadanía en las redes sociales informa mucho más al respecto en tiempo real sobre los sucesos que se desconocen. Incluso, conflictos ecoterritoriales, donde las mujeres son las protagonistas, no suelen tener gran cobertura. La mujer desde tiempos históricos ha tenido una relación especial con la naturaleza y en el manejo de los recursos; sin embargo, su aparición sigue siendo como víctima de ella.
Finalmente, los medios de comunicación tienen una oportunidad para brindar espacio a temas menos impactantes, pero igual de urgentes con el medio ambiente, que promueva la participación ciudadana y la real conciencia entre la relación humano-planeta.
Desafío urgente pos pandemia: el cambio climático
Ahora bien, en el contexto actual, de post pandemia de la COVID-19, en la agenda medioambiental el cambio climático es uno de los principales retos por superar en el mediano plazo. Sin embargo, ya dejó de ser un tema exclusivamente ambiental y se ha convertido cada vez más en uno estratégico, que demanda una mayor participación e involucramiento del gremio periodístico y, por ende, ciudadano.
El trabajo que realizan periodistas y profesionales de la comunicación en el tema ambiental no solo debe dar espacio a las distintas voces, sino también comprender y desmenuzar la complejidad de la crisis climática, sus expresiones técnicas y hacerla digerible y atractiva para las diferentes audiencias en su propio lenguaje. La ciudadanía ya se percata que algo pasa con el clima, vive sus consecuencias y se interesa en estos temas, tanto en producción como en consumo, existe así la corresponsabilidad e interés social. Representa una gran oportunidad para trabajar con alianzas intersectoriales, teniendo en cuenta la normativa vigente y los pactos internacionales y nacionales.
Asimismo, el componente ambiental debe ser abordado desde todas las ramas de conocimiento, y en todos los espacios en los que el Estado tiene y debería tener presencia. Todas las autoridades tienen una competencia y un rol que cumplir frente al tema climático, este no es un tema únicamente del Ministerio del Ambiente. Los gobiernos regionales y locales también tienen una responsabilidad en tanto deben programar planes de adaptación, sobre todo, y de mitigación con participación ciudadana. Las y los periodistas tienen el rol de vigilancia y rendición de cuentas, convirtiendo la información en servicio y empoderamiento ciudadano.
Esperemos que este 05 de junio represente una oportunidad -no perdida- de cambio social desde el periodismo, con colegas muchos más interesados en el abordaje de la problemática ambiental, con el respaldo de sus medios de comunicación y con actores sociales que brinden miradas nuevas y globales acerca del cuidado de los ecosistemas en el territorio. El cuidado del medio ambiente nos involucra a todos por igual en sociedad, y los medios de comunicación no se encuentran fuera de ella. El reto es amplio como la riqueza natural del país que vale mucho la pena conservar.