Periodismo debe contribuir a prevenir la violencia hacia la mujer, no solo visibilizarla

El 26 de noviembre la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria, junto a la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de San Antonio de Abad del Cusco y el Colegio de Periodistas del Cusco, desarrolló el taller presencial dirigido a periodistas “Ética y Calidad Informativa para la Prevención de la Violencia de Género contra la Mujer”. El evento fue presencial y se realizó en la Casa Campesina del Centro histórico de Cusco.

Este taller realizado en el marco del Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y la reciente publicación del Monitoreo de Medios sobre Tratamiento informativo de los casos de violencia de género contra la mujer en la prensa regional de Cusco, tuvo dos objetivos: Brindar conocimientos sobre las características de la oferta informativa de la prensa regional de Cusco sobre Violencia de Género contra la Mujer y   proporcionar criterios y herramientas para mejorar la calidad de la oferta informativa de los periodistas.

Fernando Palomino, consultor de la A.C.S Calandria y ponente del taller a periodistas en Cusco, responde a una entrevista en base a los resultados del monitoreo de medios y la capacitación desarrollada a los hombres y mujeres de prensa.

ENTREVISTA ESCRITA: FERNANDO PALOMINO

Respecto al estudio de monitoreo sobre casos de violencia contra la mujer en la prensa regional, ¿Cuáles han sido los principales hallazgos encontrados?

Por un lado, se tiene que en la forma como enfocan y tratan el tema de Violencia de Género contra la Mujer (VGM) hay un predominio de esa mirada policial-delincuencial de la noticia, que reduce la VGM a una simple pelea o disputa de pareja o familiar, y que al mismo tiempo la descontextualiza. Es decir, no lo enfoca como una problemática social más amplia, no identifica sus causas ni sus consecuencias, sino que aplica una lógica superficial-descriptiva. Y por otro lado, se constata los escasos recursos que manejan las y los periodistas, lo que influye en la calidad de su oferta informativa. Por ejemplo, la mayoría solo utiliza un formato periodístico principal (la nota informativa), la fotografía como recurso visual (a pesar de ser la versión digital, de su página web y Facebook, y por lo tanto, podrían utilizar múltiples recursos en línea), solo usan una sola fuente informativa y dependen solo de algunas fuentes oficiales (policía, fiscalía, poder judicial, CEM), lo que expresa también su mirada tan reducida de esta problemática (básicamente lo enfocan como casos de violencia física, sexual o feminicidio) y no relacionan el trabajo de las numerosas instituciones públicas que abordan este tema desde diversas entradas.

¿Se puede decir que el periodismo contribuye a prevenir la violencia contra la mujer o solo visibiliza la problemática?

Solo la visibiliza. A partir de su lógica coyuntural y del tratamiento de la noticia de violencia como hecho aislado, los medios regionales analizados no aplican un “enfoque preventivo”. Siempre se ubican después de que ocurren los hechos de violencia, no antes, por lo que siempre aplican la “política de los hechos consumados”. Más allá de que se indignen o denuncien los casos de violencia, lo cierto es que esto no tiene mayor impacto en la realidad, ya que los casos de violencia de género contra la mujer siguen creciendo. Para ser justos, hay que señalar también que desde el Estado no hay tampoco Políticas de Prevención de la Violencia de Género contra la Mujer. Salvo el reconocimiento del trabajo de algunas instituciones como el Ministerio de la Mujer, la gran mayoría de instituciones públicas solo tienen una actitud reactiva. La prevención, tal como se realiza desde el Estado es de corto plazo y se centra en la atención de las víctimas. No hay mirada de mediano o largo plazo en la prevención. Por tanto ¿Cómo se le puede exigir eso a las y los periodistas? Eso es algo que debemos resolver entre todos, debemos construir una Cultura de la Prevención que no existe en este país ni en ningún sector donde trabaja el Estado. Lo hemos visto en Salud durante la Pandemia del COVID 19, lo vemos a cada rato en torno al tema ambiental y los desastres, lo vemos en la seguridad ciudadana y el crecimiento de la violencia, etc.

Observados los resultados, ¿existe calidad informativa y ética periodística en las informaciones sobre violencia de género?

La ética periodística y la calidad informativa están íntimamente relacionadas. No se puede hablar de una y de otra por separado. Desde esa perspectiva, la aplicación de la ética informativa y la búsqueda de la calidad periodística se vincula también con la búsqueda de la excelencia profesional, algo que deberían buscar también las y los periodistas. Pero, tanto en este monitoreo como en los anteriores realizados por A.C.S. Calandria, se observa poca calidad, tanto en el enfoque y tratamiento informativo como en el uso de los diversos periodísticos. ¿Cómo se puede solucionar esto? Aplicando un enfoque de calidad y no de cantidad, que es lo que predomina actualmente en los medios. Necesitamos también mayor manejo de formatos periodísticos que profundicen y analicen la realidad y permitan que los lectores puedan comprender mejor esta problemática y contar con información útil (identificación de signos de violencia en el agresor, servicios a los que puede recurrir la víctima). Asimismo, que las y los periodistas amplíen y diversifiquen sus fuentes informativas, apliquen criterios de calidad informativa en la construcción de la noticia (cruce o verificación de la información, pluralidad de opiniones), usen mayor variedad de recursos visuales en línea, apliquen otros enfoques periodísticos (social, de derechos humanos, justicia, género), superen ese enfoque descriptivo del periodismo e incorporen aportes de otras corrientes del periodismo (periodismo de investigación, de datos, digital y móvil, narrativo, cívico, de soluciones, entre otros).

Respecto al taller dictado para periodistas en Cusco, ¿cuáles han sido las percepciones u opiniones de los y las periodistas en torno a los resultados del estudio sobre el tratamiento de la violencia contra la mujer en la prensa regional?

Por un lado, apertura y diálogo en la mayoría de estos temas y problemas señalados anteriormente. Sin embargo, también se pudo observar “resistencias” acerca de cómo entender de otra manera el periodismo. Hay mitos creados por el mismo periodismo acerca de cómo se debe hacer esta labor, cómo seleccionar aquello que es noticia y aquello que no es noticia, las quejas acerca de que no cuentan con suficiente acceso a la información del Estado o que no tienen recursos económicos. Lo cierto es que mucho de estos problemas son una consecuencia lógica de su propia forma de construir la noticia y sus capacidades. Es decir, si solo enfocas la noticia como un hecho policial-delincuencial, donde todo gira en torno a un caso aislado de violencia doméstica, eso te reduce el campo de acción y te lleva a centrarte solo en la relación entre el agresor y la víctima. Y eso te lleva inmediatamente a depender solo de algunas fuentes informativas (policía, fiscalía, poder judicial). Y eso te conduce a utilizar cierto tipo de formatos descriptivos (básicamente la Nota Informativa), ya que para narrar un hecho aislado no necesitas hacer un gran reportaje, informe o crónica, sino solo utilizar un formato pequeño. Es decir, esto es un efecto “en cascada”, donde tu propio enfoque reducido de la Violencia de Género, te condiciona automáticamente a construir la noticia de esa manera.

¿Los y las periodistas participantes del taller llevado a cabo en Cusco, han presentado posición o compromiso teniendo en cuenta su rol y la magnitud de la problemática?

Más allá de las promesas o compromisos, hay que ver las propias prácticas. Creo que eso lo vamos a ver en el corto plazo, ya que tenemos previsto realizar este año 2023 otros talleres, incluyendo la continuación del Taller de Investigación Periodística que hemos realizado en este mes de noviembre a nivel nacional. Pero, en este caso lo vamos a realizar a nivel regional. Es decir, vamos a realizar Talleres Regionales sobre Periodismo de Investigación en Cusco, Piura y Ucayali, para organizar equipos especializados y colaborativos en este campo. En tal sentido, lo que sí quiero resaltar es el apoyo y el compromiso del Colegio de Periodistas en Cusco, y la necesidad de seguir fortaleciendo estas alianzas con otras instituciones involucradas, como es el caso de las Universidades. Muchos de los problemas detectados en el taller no tienen que ver con la lógica o el funcionamiento mismo de los medios, sino con problemas en la formación de las y los periodistas. Y por lo tanto, necesitamos el compromiso de la Academia para la promoción de nuevas generaciones de periodistas, con un enfoque crítico de la realidad, con mayor compromiso social, que busquen siempre la calidad informativa y la excelencia profesional en este campo.

¿Cuáles son las recomendaciones que deben tener en cuenta los y las periodistas para la cobertura de los casos de violencia contra la mujer en las regiones?

Hay que salir de la zona de confort y asumir riesgos. Hay que mirar y hacer el periodismo de otra manera. Yo siempre he creído que, si quieres cambiar las cosas, hay que hacerlas de manera distinta. En el taller hemos, por un lado, identificado los problemas, sus fortalezas y debilidades, pero, también hemos conversado mucho sobre estas otras formas de hacer periodismo. Si bien debo reconocer que, en esta etapa de postpandemia, las y los periodistas afrontan una delicada situación económica, lo que representa limitaciones al momento de construir la información, también es cierto que esto ya ha ocurrido en otros períodos de nuestra historia. En los años 80 del siglo XX teníamos un país atravesado por la violencia y el terrorismo, y una espantosa crisis económica, y a pesar de ello se hizo periodismo de calidad. Entonces, hay que dejar esa imagen de autocompasión, y enfocarse en lo que tenemos y en lo que podemos hacer. No buscar pretextos para no hacerlo. Por ejemplo, si quieren hacer buen periodismo especializado (periodismo de investigación, de datos, digital u otro tipo) deben aprender a colaborar y cooperar entre sí. El periodismo especializado no es una labor individual o aislada, sino de equipo. En los últimos años, muchos periodistas han optado por salirse de los medios tradicionales, formando equipos colaborativos e impulsando nuevas experiencias como Wayka, Ojo Público, Convoca, entre otros. Ese es el camino. Y por otro lado, deben derrumbar esos mitos que han creado y que los limitan a cierta forma de producir la noticia. Esa idea absurda de que esto es noticia y esto no es noticia, es solo un pretexto, es la expresión de la falta de capacidad y creatividad de las y los periodistas para construir la noticia de otra manera. Visto de esa manera no hay nada que hacer, ya todo está dicho y escrito. Pero, esa es una idea falsa, hay muchas formas de trabajar la noticia, no importa el tema. Solo depende de la calidad, de los recursos que manejan, de la diversidad de fuentes que utilicen, de la variedad de formatos que apliquen, del enfoque que tengan, pero, fundamentalmente de su actitud, de buscar el cambio continuamente y la excelencia profesional como periodista.

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