La Estrategia Nacional de Prevención de la Violencia de Género “Mujeres libres de Violencia”, visibiliza como uno de los entornos priorizados en la prevención de la violencia contra la mujer, a los medios de comunicación, pues señala que mediante los medios de comunicación se crean, difunden y viralizan contenidos,ideas y representaciones sociales que influyen en lo que siente, piensa, dice y hace una persona, y generan imaginarios sociales;por lo tanto, según la estrategia nacional,pueden reforzar o inhibir la naturalización de la VGCM en nuestra sociedad.
A través de esta entrevista, Juan Ignacio Paz, psicólogo y especialista en violencia de género en España, comenta sobre el rol que cumplen los medios de comunicación frente a la problemática social de la violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar, menciona cómo la experiencia del trabajo España con medios puede alimentar el trabajo de Perú y señala el papel clave de los Observatorios para el fortalecimiento de la prevención a la violencia contra la mujer y la erradicación de los estereotipos de género.
¿Por qué los medios cumplen un rol fundamental en la prevención contra la violencia contra la mujer?
Los medios, por lo menos desde la experiencia española y creo que se podría alargar al Perú, también son un aliado estratégico para nosotros. Es decir, los medios tienen una capacidad de llegar a la sociedad y de conformar a la sociedad; pueden lograr que un problema individual se convierta en un problema social, como ha pasado en España, en un problema público que no podemos bajo ningún contexto desaprovechar.
Es decir, los medios están en la sociedad pero también conforman a la sociedad, entonces, en esa línea los medios deben ser capaces de transmitir el tema de la violencia de género con rigor, con cuestionamiento, con un planteamiento político, público y social,es una de las armas más importantes.
A nosotros nos ha permitido sacar de todo ese mito de lo doméstico, de lo que no sé podía hablar; los medios de comunicación han sido fundamentales, por ende, hay que cuidar esa alianza estratégica.
¿Cómo la violencia simbólica incrementa más la violencia contra la mujer?
La violencia simbólica le llamamos a todo eso que muchas veces no lo hacemos explícito pero que estas atrás. Por ejemplo, hay un partido político en España que niega la violencia de género, eso es violencia porque al final están negando a esas mujeres víctimas.
Si en los medios de comunicación ante un caso de violencia contra la mujer, se presenta al victimario como un sujeto normal, lo que se transmite es que el problema “era ella”, si saco una imagen del monstruo violador, estoy enfatizando que el sujeto tenía problemas mentales, creo un perfil que no siempre es así; entonces muchas veces esa violencia simbólica la transmitimos sin darnos cuenta y genera un estado social de miedo, de confusión y de duda.
Desde la experiencia de España, ¿Qué actuaciones se pueden realizar en el Perú para incrementar mejoras o cambios en los medios de comunicación?
Me ha gustado mucho descubrir que desde Calandria, hay iniciativas muy importantes. Yo creo que el favorecer la formación de los medios de comunicación contando con su apoyo, el favorecer la creación de códigos de autorregulación, el seguir sacando manuales, la formación desde la academia, el favorecer las buenas prácticas y reconocerlas, son grandes pasos. Este tipo de acciones han sido estrategias que nosotros, desde España, hemos seguido y que funcionan bastante bien. Siempre no vamos a decir que esto es un idilio y todo en la vida es rosa, hay problemas siempre, pero va muy bien.
Y creo que hay una estrategia más importante que es formar a la ciudadanía porque los medios conforman a la ciudadanía pero la ciudadanía conforma a los medios. Si tenemos una ciudadanía que conoce sobre la violencia y es crítica, los medios no van a permitir que se hagan comunicaciones que no son adecuadas.
¿Cuáles dirías que son los desafíos para los medios y la ciudadanía?
Para la ciudadanía sobre todo asumir este problema. Es importante distinguir el informar y sensibilizar, informar es una tarea y sensibilizar, otra. Hace falta la sensibilización de la sociedad que no solo es una tarea de los medios de comunicación. La sociedad tiene que reconocer que hay un problema social y tiene que ver que no es culpa de las mujeres y esa es una gran tarea. En ese sentido, los medios pueden ayudar mucho pero claro también hay que ayudar a que los medios mejoren.
El morbo no tiene que ser lo que venda, el respeto a las víctimas tiene que estar sobre todo. Yo creo que sobre todo hay veces que cuando trabajamos esto con los medios de comunicación nos dicen: es que esto es lo que vende. No, no, yo creo que es falso. Pero quitando ese miedo a que si tratamos así o que si no le damos al público lo que quiere, el público nos va abandonar. Eso no es cierto y es necesario quitar ese miedo de los medios.
¿Cuál sería el papel de los observatorios de medios?
Yo creo que los observatorios son muy importantes por dos motivos, porque el poder emitir informes, el poder sacar todo esto combate dos grandes problemas. Ahora mismo estamos en un momento donde todo es muy rápido. Imagínense una noticia que no ha tenido un tratamiento adecuado lo van dejando, pero mañana hay otra noticia y se la come.
Entonces el poder poner en negro y blanco en un informe este tipo de tratamientos inadecuados, cuáles han sido los problemas identificados ayuda. Como antes ponía el ejemplo de un estudio de “cuánto tiempo le dedicaban las noticias en un noticiario público a esto”, ya supone mucho, la evidencia es clave. Estamos tan acostumbrados a los estereotipos de género que hasta que no se nos muestra diciendo: “oye, que es que tú aquí dices murió, no murió la mataron”. Hasta que no lo pones por escrito es muy difícil identificarlos. Entonces creo que ese papel de combatir la fugacidad y de aclarar y educar me parece que es imprescindible en los observatorios de medios.
Esta entrevista forma parte del Proyecto Violencia de género contra la mujer; fortaleciendo la prevención desde los medios de comunicación, iniciativa liderada por A.C.S.Calandria con el apoyo de Aecid y la Unión Europea.